(en la imagen de arriba, una viñeta del nº 3 de "Zurullo, el tipo más duro" obra de Ralph Infantino)
"A mediados de los ochenta, Calavera Cómics (que una década más tarde se convertiría en la archifamosa Ediciones Canallas) subsistía gracias a la edición de colecciones de superhéroes que no eran sino un remedo barato y poco imaginativo de los tebeos de Marvel. El Señor Canalla obligaba a sus dibujantes a imitar con descaro el estilo de Kirby, Buscema o Byrne (entre otros) y les incitaba, a veces mediante la coacción o incluso la tortura, a plagiar sin escrúpulos argumentos y personajes. Las series no carecían de interés pero una elección desafortunada de los nombres de los personajes así como el hecho de que la acción se desarrollara en el barrio cordobés de Cañero (transmutado para la ocasión en una especie de Brooklin casposo) impidió que tuvieran el éxito de público y ventas esperado. Sin embargo, hoy esas piezas del arte popular más rancio son casi inencontrables y se han convertido en verdadero objeto de devoción por los coleccionistas".
Extraido del capítulo 2 de "Lo canalla no quita lo valiente, biografía no autorizada del Señor Canalla")