A mediados de los años 70 el comic underground daba sus primeros pasos amparado por la juventud de la recién estrenada democracia. Por aquel entonces tuvo lugar en Barcelona la primera manifestación gay de España. Un imberbe señor Canalla descubrió el filón del comic transgresor y apostó por las publicaciones clandestinas. Estas revistas de baja calidad y presupuesto dieron trabajo y poco dinero a muchos jóvenes artistas que iniciaban su andadura comiquera. De todos aquellos productos destacaron por su singularidad historietas de ínfima calidad pero de elevado contenido sexual que imitaban el estilo de Tom of Finland. Se podían adquirir de tapadillo en minúsculas tiendas de baratijas entre montones de comics desordenados algo más caros que en los kioskos de prensa. La normalización y la aparición de las parejas de hecho acabaron con aquel panorama.
Mierda, aún quedan de esos...
ResponderEliminarBraulio Mérida.
Esto explica muchas cosas.
ResponderEliminarSe os ve el plumero
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