EL DR. ZONUM
Sí, ya sé, chiquitas. Os morís por pillar cacho con el Zonum y pellizcarle la rabadilla.
Ese flequillos rubio, las gafas de sol, la forma física de un taekwondista... demasiado perfecto para haber cumplido 67 tacos, ¿verdad?...
Porque Zonum no es un ser humano normal, no. Bajo esa apariencia de sex symbol -puro maquillaje- se esconde uno de los más pérfidos mad doctors que el mundo de la fantasía ha concebido.
Fijaros, fijaros… Estas dos coleguillas se aproximaron demasiado a él, con la secreta intención de que las incluyera dentro de nuestro selecto club de chicas killer. Y claro, el Zonum aprovechó la ocasión para llevárselas a su guarida secreta.
Las chicas, que no eran tontas del todo, pensaban que aquello iba a ser una fiesta íntima en el picadero. Y ya se relamían pensando en todas la guarreridas que el Zonum haría con ellas. La más interesada pensaba: “Mhhh… y además es médico”. Por eso, cuando el buen doctor la ató a la camilla y le insertó unos electrodos -aunque en el orificio equivocado- creyó haber llegado al súmmum de la perversión y el vicio. “Le mola que hagamos cosplay con los personajes de la Sadomátrix”, pensó la muy ingenua.
Haw, haw, haw… ¡¡¡Pues no!!!
Aquí tenéis el terrible resultado del experimento:
Que lo sepáis, chicas, la insultante virilidad de Zonum no es más que un trampantojo. Un cebo para incautas. Una artimaña destinada a suministrarle la materia prima que necesita para continuar sus terribles experimentos científicos. Zonum atrae a las mujeres como moscas, y una vez quedan pegadas a su telaraña, no hay salida: las utiliza como trozos de carne que moldea a su placer. El resultado: nuevos robots que incluir en su colección secreta de androides sin alma. Brrrrr…
Bueno, aquí abajo tenemos una nueva foto del Dr. Zonum. Se ha puesto la bata blanca de los cirujanos; eso quiere decir que el experimento de hoy sí es de los que verdaderamente le importan. Por eso tiene esa mirada obsesiva y de estreñido, en plan locaza. A su lado, vemos a una persona sin identificar –¿El Juanpérez?- que le ayuda en sus experimentos científicos.
Efectivamente, es El Juanpérez quien acompaña a nuestro amigo Zonum, tal y como se advierte en la foto abajo adjunta. Como buen lacayo, enciende el generador y conecta una nueva criatura al enchufe de 220 voltios (el privilegiado sueldo de alto funcionario del Zonum le permite pagar unas facturas de electricidad que te cagas). Las luces tesla irradian haces eléctromagnéticos…, el conmutador dirige la máxima potencia hacia el monstruo... Le sigue una orgía de chispas y rayos, con un siniestro sonido de fondo: Fzzzz…
Una nueva foto en detalle del ayudante del Dr. Zonum nos permite reconocer a El Juanpérez como su maligno colaborador
El doctor y su ayudante se aprestan a comprobar si el experimento ha tenido éxito. Los años de trabajo invertidos se miden ahora en un solo momento. ¿Habrá merecido la pena?...
“¡Vive, doctor, el monstruo vive!” –grita El Juanpérez- mientras Zonum, ansioso, quita los vendajes de la criatura.
“Un nuevo Adán. Mi respuesta a un mundo sin dios: hombres idénticos, sin emociones ni inteligencia, siempre serviles y dispuestos a complacer a su amo -proclama Zonum, entre risas histéricas y nerviosas-. Haw, haw, haw…”
Y aquí la conclusión de nuestra historia. Por razones evidentes, este monstruo ha pasado a ser el favorito de la colección del doctor, y algunos estamos seguros que será motivo de innumerables horas de diversión a lo largo de muuchos años.
NOS ALEGRAMOS POR TI, ZONUM, ¡ENHORABUENA!
En el próximo artículo de nuestra serie “Monstruos de Hoy”: …¡¡¡el hijoputa de El Juanpérez!!!
Se te ha olvidado mencionar el flamenquín escala Zonum que te comiste en Sevilla, Tito !!!! Ponte con el Correo y los anuncios, copón !!!
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